domingo, 29 de abril de 2007

Un tesoro sobre la arena.



Un tesoro que llega del mar. Sobre la playa, un pescador nos muestra algunos productos que trajo esta mañana. Jaivas, cholgas y algunos mariscos que son rápidamente vendidos a los vecinos, a los restaurantes o a algunos turistas ocasionales. La magia de de la tradicional llegada de los botes se repite con las preguntas viejas como el mundo ¿Qué habrán encontrado? ¿Qué pescaron?

Y ahora, a probar estas maravillas.



Preparados al limón,bien frescos, los mariscos forman parte de lo mejor que puede ofrecernos el lugar. Basta con armarse de paciencia e ir hasta la playa a esperar el regreso de los pescadores: a veces hay excelentes sorpresas.



La actividad de la pesca artesanal en Quidico ha sufrido de la sobreexplotación de los recursos marinos en el litoral, pero todavía hace vivir a una gran parte de la población de la caleta. La salida de los pescadores hacia la Isla Mocha es la ocasión de esperar una buena pesca y al volver a la Puntilla podemos observar los pescados y mariscos que traen. En los pequeños restaurantes del lugar se come pescado y mariscos frescos y es lo que da ese encanto al pueblo.