martes, 29 de julio de 2008

Los artistas de la playa


Por las mañanas podemos visitar las obras dibujadas sobre la playa por loa innumerables artistas que durante la noche aprovechan la marea para crear formas y estructuras extrañas e improbables. Piedrecillas, conchitas y restos que arroja el mar modulan efímeras figuras sobre la arena que sorprenden al caminante entre gritos de gaviotas y el golpeteo de las olas.

La enorme playa de Tranaquepe hacia Cañete

Dos fotos de La puntilla

Esta foto muestra Quidico desde la playa.

Y esta otra en dirección inversa, desde las calles que suben hacia la colina.

viernes, 25 de julio de 2008

Cura (Piedra en Mapudungun)


El extremo norte de la playa de Quidico, llamado Cura, es la puerta hacia el Sur. Los viajeros que llegan desde Cañete descubren por fin el litoral que se ofrece majestuoso y salvaje. Desde la colina se descubre la caleta y al fondo la Puntilla. Los últimos días de Julio anuncian ya la primavera que se adelanta: "Parece agosto..." murmura una anciana a mi lado cuando paso mirando hacia la playa donde el sol radiante se refleja sobre los espejos de la arena.

Productos naturales


Plantas del jardín y de los caminos que rodean el pueblo, permiten a algunas vecinas de Quidico preparar las antiguas recetas naturales que siempre han servido para aliviar malestares de la piel y otras dolencias menores. Esta actividad tradicional que se ha transmitido de generación en generación se ha convertido en un proyecto que reune a varias vecinas de Quidico. Esta iniciativa les ha permitido proponer diversas cremas naturales en varias localidades de la región.

miércoles, 23 de julio de 2008

Un lugar para deleites


Cuando bajan las ganas de conocer las especialidades de Quidico no queda otra solución que pasar por uno de los diversos lugares donde se ofrecen mariscos y pescados que le dan renombre a la caleta.
Uno de estos restaurantes es El Miramar que queda justo frente a la playa y donde se puede comer mirando ir y venir de las olas. El secreto de esta cocina es la larga experiencia de su personal, la calidad de sus productos y la simpatía de su propietaria. Comer un mariscal caliente en este local mientras arrecia la lluvia sobre la playa es una sensación que es difícil de olvidar.

Relmu Witral y sus tejedoras


El trabajo de la asociación Relmu Witral en Tirúa se destaca por sus tejidos en lana, teñidos con colores extraídos de plantas, cortezas y extractos naturales. A la delicada técnica ancestral se agrega la simpatía de las tejedoras y la atención esmerada en el acogedor local que existe en Tirúa, a algunos pasos de la Municipalidad. Vale la pena darse una vuelta por allí para ver los diversos artículos que ya tienen reconocimiento internacional.

domingo, 20 de julio de 2008


Sí, a veces el invierno llega a Quidico, el pueblo de la eterna primavera, y la naturaleza aun dormida se despierta lentamente pues el año nuevo acaba de pasar. Los meandros que han hecho famoso al pueblo serpentean entre animales que miran escurrirse el río Quidico hasta la playa.
Cae la tarde y la lluvia amenaza.

jueves, 17 de julio de 2008


Existen los románticos puentes sobre el Sena en París, los de la mítica laguna en Venecia, el de rojo metal de San Francisco, los colgantes y milenarios del Alto Perú, pero nadie puede negar el encanto particular del puente de Quidico que permite al peatón atravesar el río para ir a visitar la Puntilla pasando por el barrio del mismo nombre.
Lo cruzamos con cierta inquietud ¿Quedará marisco en la Puntilla? nos preguntamos. Y apuramos el paso.

El oro negro y el Chico


Por el puente del Lleu-lleu entra a la comuna un habitante del lugar. Las grandes crisis energéticas que afectan al planeta lo tienen sin cuidado, por lo menos en lo que respecta al transporte. "El Chico" lo traslada donde quiere y cuando quiera, con paso vivo y a módico precio. Sus cascos ofrecen a los mirones un compás cascabelero que se aleja por la carretera dejándonos con un ligero gusto a antiguos paseos de infancia.

jueves, 10 de julio de 2008

Reflejos y lluvia


Invierno. Cuando el aguacero se aleja, la luminosidad se instala de nuevo, y los aromas de tierra y mar invaden el pueblo. El mar golpea una y otra vez, incansable, recordando su presencia a los hombres que se aventuran por sus bordes.
Recuerdo un poema de olores y de voces difusas del poeta mapuche Sebastian Queupul:

Era una flor inmensa / suspendida en su aroma
Era una rosa blanca / sostenida en su brillo
Era una voz lejana / ahogándose en el eco

miércoles, 9 de julio de 2008

La Perezia pedicularidifolia



La Perezia pedicularidifolia (Estrella de los Andes) es una especie de planta herbácea, de unos 30 cm, perenne. Sus hojas son compuestas, de 3 a 10 cm de longitud, de contorno lanceolado con borde aserrado. Las flores son celestes o azules, hermafroditas y poseen la forma de una estrella. Crece en las zonas cordilleranas a partir de los 800 metros. Se encuentra desde la octava región al sur. Apreciada por los mapuches por su color azul sagrado.

"... a orillas del fogón, levanto mi espíritu Azul" (Elicura Chihuailaf)