lunes, 19 de abril de 2010

Gallinero con vista al mar




































La señora no quería venderme los pocos huevos que ponían sus gallinitas. "¡Son tan pocas!", decía. Pero yo, obstinado, insistía, porque había descubierto por casualidad, escuchando al pasar conversaciones entre vecinas, que eran gallinitas mapuche, de esas que no tienen cola y que ponen unos huevillos más pequeños, de tonalidades azules. La gente las llama las gallinas "colloncas" y afirma que son gallinas que los mapuches las poseían en Chile antes de la llegada de los españoles.(1)
Lo cierto es que esa mañana la señora me vendió 8 huevos de un delicado color azul, de una cáscara firme, espesa. Un poco sorprendido por el precio elevado, no protesté porque a fin de cuentas era yo el que había tanto insistido en comprar. Prometí volver a buscar más al día siguiente.
La otra mañana la señora se disculpó porque sólo había logrado reunir 5 huevos "El frío no las deja poner", se excusó. Pero esta vez el precio había bajado con relación a lo que me había cobrado la víspera: cada huevo costaba la mitad. Sin ningún comentario, agradeciéndole su amabilidad, me alejé más extrañado aún. No comprendía esta enorme diferencia de precio. ¿Alguien la había dicho algo de mí? pensé vanidoso como siempre. ¿ Quizás los huevos de hoy no sean frescos? ¿ O no son de gallinas mapuches? Desconfiado, preparé una pequeña paila de huevos revueltos y descubrí que eran tan buenos como los del día anterior. Misterio.
Esa tarde, comoquenoquierelacosa, hablaba con mi vecina y le comenté el extraño episodio de la fluctuación de precios de los huevos de la señora de las gallinas.
Mi vecina me miró un largo instante como a un insecto, de la misma manera que me mira cada vez que llego con una historia estúpida que escucho de los habitantes del pueblo y que me la creo a pie juntillas: "¿Y usté no sabe? Esa pobre señora no sabe contar, ¡es analfabeta !". Y se retiró alegando que hay tantas cosas urgentes que hacer en una casa, en vez de estar afuera conversado tonterías...
Me entré a casa cabizbajo y esa tarde comí huevos duros mirando largamente las olas que lamían la negra playa de Quidico.




↑ (1)Storey, Alice A., José Miguel Ramírez, Daniel Quiroz, David V. Burley, David J. Addison, Richard Walter, Atholl J. Anderson, Terry L. Hunt, J. Stephen Athens, Leon Huynen y Elizabeth A. Matisoo-Smith (2007). «Radiocarbon and DNA evidence for a pre-Columbian introduction of Polynesian chickens to Chile».

Situación de los pescadores en la prensa.

Pescadores de Quidico sin trabajo luego del terremoto piden redes para poder volver al mar.

(Extracto de la prensa)

Publicado por Camila Álvarez • La información es de Yocelyn Araneda
Un conmovedor llamado a los empresarios realizan los miembros del Sindicato Nº 1 de Pescadores de Quidico, en la Región del Bio-Bio, quienes llevan mas de 40 días sin poder trabajar tras perderlo todo luego del terremoto y maremoto de febrero. Sólo piden redes, para poder trabajar y así pagar servicios básicos.
Sergio Diaz, Presidente de la mencionada agrupación, comentó sobre la dramática situación que están viviendo en esta caleta, donde asegura no han recibido ayuda para poder volver a trabajar, demanda urgente considerando que perdieron la totalidad de sus herramientas de trabajo.
(Foto de archivos: PepeCaterva)