Estas imágenes de la playa de Quidico deben hacernos recordar que este litoral es muy frágil y que si su belleza natural es por ahora una fuente de recursos para sus habitantes, graves peligros la amenazan. La tendencia actual es - como en todo el mundo - a la construcción desenfrenada en borde del mar y a la llegada de actividades turísticas y prácticas destructoras del entorno y del biosistema que existe en estas costas salvajes. Por otra parte, vehículos a motor, cuatrimotos, motos todo terreno, 4x4, amenazan nuestras playas y si no ponemos atajo con una reglamentación drástica, se perderán todos los atractivos que pueden hacer de nuestra costa un centro importante de turismo en el futuro. Estas bellezas son de todos los chilenos y no de algunas personas que el fin de semana traen ruido, contaminación y destruyen médanos y dunas donde viven y anidan aves en toda tranquilidad. Todas las bellezas naturales en Chile están amenazadas y mientras los países más evolucionados crean legislaciones que intentan protegerlas, nosotros aquí en Chile toleramos estas prácticas irresponsables.
Nuestras zonas más salvajes y bellas las entregamos a intereses económicos que destruyen la poca naturaleza que nos queda y que sólo piensan en su bolsillo, creyendo que "algo" no puede tocar al final. No hay que engañarse. Los promotores turísticos y los mercaderes del "deporte" al aire libre trabajan a muy corto plazo, prometen trabajo y actividades a la gente del lugar que al final resultan castillos en el aire. Si destruimos nuestras costas hoy, nadie vendrá a verlas mañana. La caravana pasará y nos quedaremos con las ruinas y los deshechos de lo que fue una de las costas más hermosas y salvajes del Sur de Chile.
