martes, 29 de enero de 2008

Verano en Quidico

Imagen que el visitante guardará en la memoria cuando sus pasos lo alejen de Quidico: aire, sol, mar y arena hasta el horizonte, y las gaviotas estridentes que buscan algo para robar entre los botes indiferentes.

lunes, 28 de enero de 2008

Elicura Chihuailaf: Sueño Azul



Elicura recitando su poema Sueño Azul,(Kallfv Pewma mew).
Extracto del libro "De sueños azules y contrasueños" Editorial Universitaria, Santiago,Chile. Agosto 2000.

Camanchaca sureña

En las primeras horas de la mañana, al salir el sol, las frías temperaturas del océano Pacífico crean esa neblina de extraña belleza que acaricia el litoral y dibuja formas aproximativas en el relieve de la costa. El sector de Cura se transforma en un misterioso y fantasmagórico navío encallado en las rocas.

Flores que adornan la Araucanía.


Estas dos flores pertenecen a la Flora chilena. La primera, la anaranjada Loasa Tricolor se encuentra en el sector de Villarrica y la blanca Orchidaceae se encuentra en los campos de la IX región donde crece silvestre. Abran los ojos cuando caminen por los cerros y verán maravillas alrededor de ustedes.

jueves, 24 de enero de 2008

Un artista de excepción nacido en Canihual

Santos Chavez
De pastor de cabras a eximio grabador

No quería pompas fúnebres. Pidió que sus cenizas fueran arrojadas al mar y que sus amigos lo recordaran alrededor de un asado, en el patio de su casa. Murió en la madrugada del 2 de enero de 2001. A sus funerales en Concón asistieron unas cuarenta personas y hubo los discursos de rigor. Su esposa alemana, Eva, recibió una ánfora con sus cenizas que, conforme a sus deseos, fueron esparcidas en el océano. La agonía de Santos Chávez duró semanas. Su tenaz batalla contra la muerte empezó en su pulcra y florida casa en Reñaca. Ya no podía trabajar. El cáncer había inutilizado su brazo derecho pero aún así bajaba a su taller y se empeñaba con la mano izquierda en trazar algún boceto que luego sometería al delicado proceso de sus grabados. Deja un legado de unas mil obras que tienen su sello inconfundible.
Nació en Canihual, cerca de Tirúa , en 1934. Su padre, José Santos Chávez, era uno de los pocos habitantes del lugar que sabía leer y escribir y se empleó como escribiente de la comisaría de carabineros, destinada más a reprimir a los mapuches que a guardar el orden público. Su madre, Flora Aliste Carinao, tenía fama como ceramista.


Casi todos sus temas tienen que ver con su tierra araucana, con el viento, la lluvia, galopes, rostros de niños, de muchachas, soles rojos o azules, vuelos fantásticos a lo Chagall, amantes silvestres, cabras de la pradera, pájaros, bosques encantados. Trabajaba con paciencia y rigurosas exigencias estéticas, prefería la madera para sus planchas y rompía los proyectos que a su juicio no alcanzaban la perfección y la expresión exacta de lo que se proponía.

Desde un comienzo al fin, sus temas fueron los mismos. Adquirió con el curso de los años un seguro y talentoso oficio. Sólo en su último tiempo agregó a sus grabados unas acuarelas sobre paisajes nebulosos o sobre rincones periféricos de Berlín, ciudad en la que vivió veinte años y donde realizó grandes exposiciones y fue reconocido como uno de los más grandes artistas latinoamericanos. Sus grabados fueron publicados en portadas de revistas, se convirtieron en carteles y tarjetas postales. Ninguna tentación de explorar en otros temas y estilos lo sacó de lo suyo. Quería ser, en primer lugar, un artista del pueblo mapuche, de sus esencias, de su entorno terrenal y también de sus luchas.

martes, 22 de enero de 2008

Mariscos (Llegada de los botes)


La gente se agrupa, rodea el bote y los mariscos. Los conocidos se miran sin decir palabra, un gesto basta para cerrar negocio. Los pescadores buscan el comprador local habitual, evitando el turista leso. Las dueñas de las cocinerías o los "caseros" agarran lo mejor para la venta. Los chiquillos vienen a buscar el encargo del día anterior. Los curiosos y los afuerinos se quedan mirando sin comprender esa magia de la transacción que se realiza rapidamente ente sus ojos y que deja en la playa algunos mariscos para la foto y los recuerdos.

Dihueñes de Cayucupil (Cyttaria o Cytharia espinosae)

Una delicia en el paladar, frescos y repletos de aromas, los dihueñes nos traen recuerdos de caminatas de infancia, de bóvedas verdes y vegetales en le fondo de Nahuelbuta. (Foto gentileza de Eduardo Sanhueza Méndez. http://seiscunas-milfotos.blogspot.com/)
Más detalles del Dihueñe.

domingo, 20 de enero de 2008

Los atardeceres de Quidico


El sol se esconde casi detrás de la Isla Mocha, lugar sagrado de los mapuches, mientras que los pescadores recuperan el pescado o los mariscos de sus botes. El río se escurre lentamente sobre la playa hacia el mar con reflejos plateados. La luz del atardecer impregna el pueblo de tonos dorados y anaranjados. La magia de Quidico nos envuelve una vez más. A lo lejos se escuchan risas de chiquillos disputándose una pelota.

viernes, 18 de enero de 2008

jueves, 17 de enero de 2008

La playa de Quidico no solo atrae turistas.



El oleaje propone a veces sabrosos aperitivos.

La desembocadura del río Quidico



La exposición solar en Quidico es superior a la del resto de la región. Incluso en invierno las lluvias son rápidamente reemplazadas por largos períodos de sol. Estas características climáticas lo hacen un lugar apreciado donde la tranquilidad del pueblo permite gozar plenamente de algunos momentos de merecido descanso.