sábado, 23 de enero de 2010

Liquiñe y las represas de SN Power


Las acuarelas de Quidico.



Vuelvo a Quidico cuando la mañana se anuncia tras las colinas. Las brumas se cobijan aún entre las casas y la luminosidad invade la enorme playa que se convierte en una vibrante y traslúcida paleta de colores. Del aletargado pueblo nada se escucha porque el mar juega con la luz y con el rumor acompasado del agua. El ritual de la vuelta al territorio (como lo describía el filósofo Deleuze) es una cantinela o un estribillo. Para mí es un paseo por la playa. Pero en realidad me doy cuenta que esa caminata se acompaña siempre de esa musicalidad de las olas.
"Aguas solas" sería el nombre del lugar en mapudungún. La melodía que emerge de esas aguas es como un canto, un ruego a los hombres para que sepamos respetar y proteger las acuarelas de su música.