sábado, 24 de abril de 2010

La alegria de saberse libre como un pájaro


















Aquél que nunca anduvo en bicicleta un verano, con el corazón ligero y la mente libre, no sabe lo que es volar como un pájaro. El viento en el rostro, el sol que entibia el cuerpo y el alma, acompañaban las distancias que recorríamos de un pedaleo enérgico. Todo es efímero, fugaz, y los momentos de esas jornadas luminosas se amontonaban luego en los recuerdos que guardábamos para los inviernos futuros.
No le preguntamos su nombre, pero parecía tan feliz con su bicicleta en la playa que no pudimos evitar de sacar esta foto. Estaba tan contento que, paradójicamente, al partir nos agradeció. En realidad compartió con nosotros un poco de su simple pero intensa alegría veraniega.