viernes, 31 de julio de 2009

Los atardeceres en la playa.


Cuando los escasos paseantes abandonan la playa y cuando los pescadores recogen sus redes podemos admirar los colores rosados que tiñen la arena que ondula como un trigal en el viento. Las casas de Quidico se iluminan y muestran su mejor rostro al caminante que atina a quedarse algunos momentos sobre el espejo de la arena.