jueves, 10 de julio de 2008
Reflejos y lluvia
Invierno. Cuando el aguacero se aleja, la luminosidad se instala de nuevo, y los aromas de tierra y mar invaden el pueblo. El mar golpea una y otra vez, incansable, recordando su presencia a los hombres que se aventuran por sus bordes.
Recuerdo un poema de olores y de voces difusas del poeta mapuche Sebastian Queupul:
Era una flor inmensa / suspendida en su aroma
Era una rosa blanca / sostenida en su brillo
Era una voz lejana / ahogándose en el eco
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Estimado José,
ResponderBorrarAgradezco el blog, me recuerda mucho el tiempo que pasé en Tirúa y Quidico.
Quisiera pedirle dos favores. Lo primero es preguntarle si sabe en qué sector está tomada la foto de 1950. ¿pertenece a su familia?
Lo segundo es pedirle si es que ve a las productoras de cremas, que les agradezca por sus fantásticos productos. Me trajé varias (estudio en Inglaterra) y me han servido muchísimo! cuando vuelva a Chile y a Tirúa, que aún no sé cuando será, de todas maneras me interesaría poder contactarme con ellas y comprarles más.
afectuosamente,
Claudia
croble@essex.ac.uk